Me presento, mi nombre es Fernando Luis Miguel, nací en 1987 en Toro (Zamora) allí pasé mi infancia y crecí junto a mi familia. Era un niño inquieto, muy movido y algo trasto, pero no fue hasta el 8 de agosto de 1992 con poco más de cinco años, cuando sentado frente a la televisión y viendo a un tal Fermín Cacho conseguir el oro olímpico en los 1500 de los JJOO de Barcelona 92, cuando sentiría la llamada del atletismo.

Desde ese momento, como nos pasó a muchos de los niños de mi generación, solo queríamos correr y levantar los brazos en alto como hizo Cacho en ese final épico que jamás se borrará de mi mente. En 1995 gané mi primera carrera, aun siendo un niño, comencé mi aventura de la mano de mi entrenador Sebas Diez, con el que aprendí que correr era algo más que correr.

Siempre defendiendo los colores del Club Vino de Toro Caja Rural, recorrí gran parte de la geografía española compitiendo en los mejores croses nacionales y ganando muchos de ellos. Con los años, me fui definiendo por el medio fondo, según crecía, tenía claro que lo que más me gustaba era el 800 y el 1500 y comencé a competir en campeonatos nacionales, tanto en pista cubierta, como al aire libre, siendo Campeón de España en varias ocasiones y ya en el año 2003, siendo Subcampeón de España de 800m conseguí plaza para representar a España en el Campeonato del Mundo de Atletismo Juvenil que se celebró en Sherbrooke (Canadá) una experiencia que jamás olvidaré.

Tras esto, decidí dar un cambio en mi vida y dejar Toro para desplazarme al Centro de Alto Rendimiento Rio Esgueva de Valladolid, donde me puse en manos de Juan Carlos Granados, con el completé un par de temporadas, pero las lesiones y la falta de ayudas de la Federación, me hicieron tomar una de las decisiones más dolorosas de mi vida, dejar el atletismo.

Tras varios años lejos de este mundo y ya como atleta popular, decidí retomar poco a poco los entrenamientos, pero las prisas, hacían aparecer lesiones y era un bucle que pese a ser habitual en los atletas populares, sabiendo gestionarlo, es muy sencillo salir de él.

Ya en el año 2018, abrí la tienda Solorunners Pozuelo, en la que, durante cuatro maravillosos años, he podido trabajar en lo que más me gusta, asesorar y ayudar a todos los atletas que han pasado por allí.

Pero no solo eso, sino que, gracias a la tienda, pude sembrar el origen de lo que hoy es Pozuelo Running Club, comenzando a planificar entrenamientos para algunos clientes y poco a poco, eso fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy, un Club donde podrás alcanzar todas las metas que te propongas de manera segura, guiada y controlada, sin prisas, pero sin pausa, solo o en compañía de otros atletas.